SEGUIMOS EN RUTA: AIRES DEL SUR

Tenía pendiente continuar el relato de mi viaje por el sur y reconozco que me cuesta viendo en lo que se ha convertido estos días Europa, sintiendo como de diferente puede ser moverse por el mundo cuando no tiene nada que ver con el placer de unas vacaciones. Es espeluznante. No analizaré lo que está pasando porque tal falta de humanidad escapa a mi entendimiento, baste decir que mis mejores recuerdos de la niñez están  vinculados a ese mar que debería servir para que los niños naden y jueguen y sean felices en tardes que saben a cometas, a barquitos de vela, a hermanos, a primos y a sal. Jamás para que se dejen la vida resbalando de las manos de unos padres desesperados por ofrecerles un porvenir mejor.

Dicho esto, vuelvo al sur, con la esperanza de que todo mejore, con el deseo utópico de que un día sólo viajemos por el inmenso placer de conocer mundo. Rememorar esos días andaluces me da vida ahora que ya hemos vuelto a la normalidad, a los horarios y a las lluvias.
Esta vez empezamos por Córdoba. No estuvimos en la ciudad más de una tarde porque hacía demasiado calor, aun así uno no puede perderse un paseo por la Judería, un vistazo a los patios, un pincho de la mejor tortilla de la ciudad en el Bar Santos con vistas a la Mezquita y un salmorejo donde sea. Pero lo más precioso de los viajes es lo que no esperas y en este caso el calor nos hizo desviarnos hacia la Sierra y llegamos a Priego de Córdoba, un pueblo blanco encaramado en un afloramiento poblado de bellos edificios, iglesias barrocas y fuentes por doquier.
Tuvimos la suerte de dar con la Hospedería Zahorí, una casa del S.XIX restaurada con un encanto exquisito, sencilla pero cómoda y con unos propietarios que no te pueden tratar mejor porque es imposible. Por si eso fuera poco dispone de un mesón-restaurante donde cocinan productos de la zona que puedes degustar en su bellísimo patio cordobés o fuera, justo en la plaza de Santa Ana por donde se entra al hotelito.



Me encantaron del pueblo su cantidad de fuentes, todas de agua potable y el ritual de los lugareños que salen, se echan su vasito de agua y vuelven a casa. Me encantó también hablar con el que había sido el panadero durante más de 60 años y que ahora, a sus 80, por fin se dedicaba a pintar y a ver mundo con su mujer y no se declaraba ni panadero, ni pintor, él decía que por encima de todo era feliz.
Nos despedimos de esa maravillosa tierra y nos adentramos en otra belleza de provincia: Granada. La ciudad enamora, su entorno también. La Alhambra me dejó muda, y un paseo nocturno por el Albaicín con la Alhambra iluminada me hizo comprender por fin el significado de la palabra embrujo.
Quise ver flamenco  y nos decantamos por Le Chien Andalou un aljibe restaurado más autentico que otros locales turísiticos del Sacromonte. En este caso supe lo que es el duende.
En Granada nos hospedamos en un precioso  Hotel boutique el Gar-Anat. Bello, económico, de trato inmejorable y muy bien situado en el Albaicín. Un edificio del S.XVII cuyas habitaciones tienen nombres de poema y están dispuestas entorno a un patio presidido por la escultura de un árbol de los deseos y por una fuente que ameniza tus sueños.


Granada es una ciudad vibrante, interesante, divertida y multicultural. Si le preguntas a mi chico te dirá que con lo que más disfrutó fue con el tapeo (increible, increible, increible) y con los helados artesanales de Los Italianos. A mi, como de costumbre, me salió la parte soñadora, fue como vivir en en un cuento por tres días con todos los aderezos: brillo, palacios y el aroma embriagador de las rosas de los Jardines del Generalife.




Comentarios

  1. Ayyyyy Nica me has embrujado totalmente con tu ruta del sur. Yo adoro esos lugares, Granada es de lo màs bello que pueda imaginarse...
    Y comparto tus sentimientos del inicio de tu bello post, no tengo palabras, estamos viviendo momentos difìciles con todos las luces enfocadas...
    Pero no quiero entristecerme màs. Se os ve felices y espléndidos, que sigàis asì siempre con ese amor.
    Un abrazo enorme, preciosa amiga

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  2. Creo que con esa vista de la Alhambra yo también entendería lo que es embrujo. Y eso que yo solamente he visto fotos de tan bello lugar.
    Tus reflexiones son las mías también y las hago extensivas a otros pesares que ningún niño debería conocer. Como dije en Twitter, "Ningún niño merece morir ahogado, ni por frío, ni menos a manos de desgraciados que los destrozan a golpes".

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  3. Seguro que fue un disfrute total ese viaje!
    La Alhambra una belleza!
    Preciosas fotos!
    Besos

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  4. Hasta el sur me he desplazado por unos instantes...
    Mmmmmm ¡Qué bien describes esos días de asueto!
    Nica, un abrazo grande

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  5. Es cierto que nos sentimos mal viendo lo que está pasando y lo poco que hacen paraque termine, la vida es cruel con muchos.
    No me extraña que las dos ciudades te embrujaran son una maravilla. Me has traido muy buenos recuerdos de las dos... Paco dice que los "mohamed" se lo montan muy bien ;))
    Me alegro que lo pasárais bien. Se os ve muy felices !!
    Besos.

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